domingo, 24 de diciembre de 2006

Diario de un Misionero Cuarta Parte


El martes fue un día extremadamente divertido, porque fuimos al pueblo “La Ascensión”, un pueblo como Villa de Santiago, no es como los ejidos, sin recursos, sino es un poco mas desarrollado, con mas de 500 personas, con su propia Iglesia, central e autobuses, mercado, etc. Ese día fue el festejo de la Virgen de Guadalupe, era el 12 de diciembre y obligaba a misa. Antes de la misa, el coro del pueblo estaba cantando varias canciones intentando hacer bailar a la gente, en eso, dicen por el micrófono que los misioneros tienen que pasar a bailar. Bailamos muchas canciones e hicimos que la gente también bailara. Después de eso fue la misa y la peregrinación, y para hacerla mas divertida, los misioneros nos pusimos a bailar con los matachines, claro que no sabíamos ni como hacerle así que toda la gente se reía de nuestras estupideces. Lo mejor de todo es que hicimos a la gente reír, cosa que no habíamos visto hasta ese día.
El miércoles me toco la misma caminata de 14 kilómetros. Pero créanme, todo esto vale la pena, porque te das cuenta de que en la cuidad hemos perdido muchísimos valores, los cuales la gente de los ejidos si tiene. El hecho de que nos dejen pasar literalmente hasta la cocina de su casa, nos den asiento y además de eso, nos ofrezcan de lo poco que tienen de comer. Acéptalo, si un desconocido llega a tocar la puerta de tu casa pidiéndote comida, no lo pasas hasta la cocina, hasta le cierras la puerta para que no vaya a entrar a tu casa, en cambio, esta gente que no nos conoce, nos abre la puerta nos da de los pocos frijoles y las pocas tortillas que tienen para que nos sintamos a gusto, ese es el valor que ya perdimos, la confianza, la amabilidad etc.
En fin, el miércoles en la noche nos cambiamos de ejido, después de una emotiva despedida con la gente de ese pueblo y una pequeña bronca a palabras de don Martin y don Tanilo, pero eso no es de importancia. Llegamos a Milpillas el miércoles en la noche, con un buen recibimiento de todos los niños, los cuales eran un poco mas abiertos que los de Caballada. Al día siguiente nos fuimos otra vez de parejas a visitar mas casas, y mi amor a la gente fue creciendo cada vez mas, porque me di cuenta que entre menos tenían mas te daban. Nada más entrábamos a la casa y se volcaban sobre mi pareja y yo, nos ofrecían de todo, y se quedaban sin comer por atendernos bien. Es otro valor que en la ciudad hemos perdido, el pensar en el prójimo, el ofrecer a los que no tienen, porque nosotros éramos los que no teníamos nada allá, sobrevivíamos de lo que nos daban. ¿Alguna vez has hecho pasar a un pobre a la sala de tu casa y le has preparado algo de comer? Entonces, ¿Por qué discriminamos a los pobres? Ellos son los que valen más que nosotros.

3 comentarios:

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Epa...la pobreza es toooodo un temita!!!

Me estoy yendo, Hector, mañana leo tranquila y charlamos!!!!!

Feliz NocheBuena!!!!!!!
Qué gran experiencia la de ustedes...Saludos a "pío"!!!! Un abrazo al resto del equipo!!!!

Die-go dijo...

Vaya vaya, entonces mi buen amigo hemos todos de vivir mas estos valores hay que recuperarlos, la confinza en especial, viva la humildad pues como dicen las bineventurazas "bienaventurados los pobres que de ellos sera el reino de los cielos"... Saludos compadre pasesela bien y con su familia en estas fechas de amor y alegría.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

..."y mi amor a la gente fue creciendo cada vez mas, porque me di cuenta que entre menos tenían mas te daban..."

Excelente...dar de lo que se tiene, no de lo que sobra.
Como aquella mujer de la Biblia que dió dos moneditas...y delante de Dios fue la que más y mejor dió.

Cuánto y cómo damos a los ojos de Dios....? Qúe El evalúe...

Un abrazo!